Los Drones y la privacidad: ¿Buen regalo de reyes?
Seguramente estáis hartos de ver infinidad de tiendas de regalos, juguetes, electrodomésticos, en las que se venden los famosos Drones. Parecen objetos graciosos, sin maldad alguna. Dejando su origen militar a un lado, de inofensivos no tienen nada.
Centrémonos en la privacidad y la protección de datos, derecho al honor y a la intimidad, etc.
Desde este año 2015, tenemos una norma estatal que pretende regular, de manera somera, la utilización de los drones. Se diferencia su utilización profesional y otra lúdica. Para los profesionales la norma es bastante clara, introduciendo la obligatoriedad de obtener una habilitación(carné) de piloto. El organismo encargado de velar por el buen uso de los drones es AESA, Agencia Estatal de Seguridad Aérea. Presuponemos que las empresas homologadas para poder usar los drones para prestar servicios profesionales y empresariales, son merecedoras de nuestra confianza respecto del tratamiento de los datos recogidos por los Drones que utilizan. Tampoco sé si es mucho presuponer… De hecho, son éstas las que han empezado ha recibir sanciones por parte de AESA.
Pero para los que usan los drones de manera lúdica, no se exige nada. ¿ Nada? El vacío legal está servido. Con una cámara en un dron uno puede obtener imágenes muy precisas de lo que, prácticamente, quiera. Se puede invadir la intimidad de una propiedad, gravar o fotografiar cualquier escena. Es decir, el dron de uso «lúdico» puede sobrevolar la ciudad, el pueblo, la finca, tu casa, y grabarte o fotografiarte «ociosamente y sin maldad» a ti o a los tuyos. ¿Protección de Datos? Qué es eso!!?? AESA ha emitido ciertas recomendaciones que deben seguir estos usuarios. La más importante es la que se refiere a no volar de noche, ni sobre zonas pobladas o en las que haya personas. La aeronave tampoco puede ascender a más de 120 metros y el piloto siempre tiene que tenerla a la vista… Pero de proteger la intimidad de los demás, ¿qué se dice? Son muchos los padres que regalan a sus hijos un dron, inofensivo artilugio…
Los usos lúdicos pueden encubrir otras intenciones un tanto más «malignas», como podría ser la utilización de la información privada obtenida para comercia con ella, realizar algún tipo de chantaje, espionaje, y un largo etcétera.
Por favor, señores legisladores, la tecnología avanza a pasos agigantados, bien. Pero hagan el favor de correr! Y no se olviden, protejan la intimidad y la privacidad de los ciudadanos, que de villanos de cómic anda lleno al mundo!